Eran las 6:30 de la mañana de un día soleado, con pocos carros en la calle y el viento fresco soplaba fuerte cuando Manuel Camacho se dirigía a una armería ubicada en San José a recoger su arma de reglamento para iniciar otro día de labores recorriendo las calles capitalinas como lo ha hecho en los últimos 32 años.
A esa hora transitaba detrás del Más x Menos de Desamparados, cuando un vehículo 4x4, verde, con guardabarros color dorado y aros de lujo, pasó a alta velocidad muy cerca de él luego de pasar el semáforo en rojo.
Camacho pitó, “como lo haría cualquier otro conductor que es sorprendido de esa manera”, pero el sonido del claxon provocó la ira de los tres sujetos que iban en el carro.
Ellos dieron la vuelta y lo siguieron, intentaron arrinconarlo y según cuenta el tráfico, “me atravesaron el vehículo en varias ocasiones durante 200 metros tratando de que me desviara y chocara contra alguno de los carros que venían en sentido contrario, aún así mantuve el control de la moto para no desestabilizarme y provocar algún accidente”.
Llegaron hasta San Jerónimo, un lugar que según las autoridades es conflictivo, donde no se recomienda que un policía ande solo, recordó el oficial de tránsito.
“Cuando ellos se dan cuenta que no conseguían lo que querían, me atraviesan el carro al frente y los tres sujetos se bajan a agredirme, con puñetazos, patadas, una botella de cerveza por la espalda”, narró Camacho.
Durante ese momento eran tres contra uno y el tráfico pensó que lo matarían a golpes. “Ellos no se detenían, entre improperios, golpes y empujones perdí el control de la moto y casi me voy en el caño, pero retomé el equilibrio y como pude logré huir por una calle angosta, pasé cerca del hogar de ancianos e ingresé al predio donde guardan los buses de Paso Ancho, desde donde pedí colaboración de mis compañeros”, comentó el oficial.
“Pensé que no viviría para darle un nuevo abrazo a mi esposa, mis dos hijos y a mi madre que padece Alzheimer y a quien cuido a diario. Cuando se hace el recuento de los muertos del fin de semana y se llega a la suma de 17 por accidentes u homicidios lo único que puedo hacer es darle gracias a Dios, por permitirme salir bien y no ser la víctima 18, por regalarme un día más”, contó este oficial con voz entrecortada.
Manuel Camacho dice estar bien, aunque con dolor en la cara donde recibió un puñetazo, la espalda y el hombro derecho que fue donde lo operaron hace 2 años pues tenía separados los tendones.
Ahora se recupera al lado de su familia mientras espera pensionarse en 6 meses, dejar atrás este trago amargo y dedicarle más tiempo a sus allegados, quienes lo han apoyado todos estos años.
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CRÉDITOS: Foto: Policias de Costa Rica
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Martes 24 Febrero, 2015
HORA: 12:00 AM
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