Desde hace 10 años se desempeñaba como taxista. Cuatro eran los motores de su vida, una novia embarazada de 8 meses, el pequeño que venía en camino y sus padres de 71 y 73 años, que viven en Llano Grande de Puriscal.
Por ellos Eduardo Tenorio Tiffer, de 31 años, salía a trabajar todos los días en su taxi placa 4675 en los alrededores del Mall San Pedro.
Alexander Barboza, quien es su amigo desde que eran niños, aseguró que él siempre estaba cargado de positivismo y buscaba cómo ayudar a los demás. “Era responsable, colaborador y siempre andaba de muy buen humor; es más, cuando uno tenía un día gris él sabía cómo generar una sonrisa”, recordó.
Según Barboza, la noticia de que sería padre, pero además de que será un niño, le provocaba una sonrisa a diario y mientras contaba lo que sentía, sus ojos se llenaban de brillo. “Cuando le dijeron que sería un varón recuerdo que sonrió y dijo 'yo sabía, yo sabía, no ve que yo lo vi en la pantalla'”, mencionó.
Este fin de semana la rutina era la misma, pero como no tenía taxímetro debía esperar que los clientes lo abordaran en las afueras del Centro Comercial. A las 4:35 p.m. se montaron dos sujetos y pidieron que los llevaran a Tibás.
Cerca barrio de Copey, el sujeto que iba en el asiento del acompañante, al parecer sacó un arma calibre 9 milímetros lo habría amenazado para que le entregara el dinero y sus pertenencias. No obstante, se presume, opuso resistencia por lo que el otro delincuente, le disparó por detrás y lo hirió en la cabeza,
Cuando se percataron de la condición en que dejaron al taxista, tomaron el dinero y huyeron del lugar; entretanto Eduardo Tenorio, ensangrentado y sin fuerzas, logró conducir hasta un lugar en el que había más casas y se desvaneció.
Los vecinos llamaron a la ambulancia. El taxista ingresó a las 5 p.m. al Hospital México con vida, pero falleció pasadas las 10 de la noche del sábado.
“En cuanto nos dimos cuenta, varios compañeros no pusimos de acuerdo e hicimos una caravana desde San José hasta Llano Grande de Puriscal, que queda a 11 kilómetros del centro. Eran unos 25 carros, en total 50 compañeros llegamos hasta la casa de sus padres”, agregó Alexánder Barboza.
El taxista era hijo único y según Barboza, su mejor amigo y compañero, “el dolor de los padres es indescriptible. En ellos se refleja el desconsuelo, la tristeza de haber perdido a ese hijo que lo daba todo por ellos, el grito silencioso que se quema entre lágrimas e impotencia”.
Los agentes del Organismo de Investigación Judicial realizaron entrevistas a varios vecinos de la zona para determinar quiénes cometieron el crimen.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Patricia Durán / Fotos: Cristian Cartín
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Lunes 26 Enero, 2015
HORA: 12:00 AM
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