En las cercanías del cerro más alto de Costa Rica, donde los cabécares aún recuerdan la manera en que Sibú formó la tierra y a los seres que la habitan, hay también centros educativos y estudiantes que, a duras penas, logran cursar cada año escolar.
En la Escuela de Ñaríñak, Alto Chirripó, 50 alumnos esperan por una beca desde el curso lectivo anterior y la cita para recibir sus casos está programada para agosto de este año.
Esteban Rivera, supervisor del Circuito 07, al que pertenece este centro educativo, dijo que esta situación es parte de lo que enfrenta la mayoría de instituciones de la zona.
Rivera afirmó que en total se atiende a más de 1.200 estudiantes en pobreza extrema, de los cuales “una cantidad muy elevada no cuenta con ningún tipo de beca”.
“La distancia que hay que recorrer, los trámites que hay que hacer y el hecho de que a veces se envían los documentos y de pronto no aparecen son algunas de las razones por las que se da esto”, aseguró.
Kenneth Araya, director del Fondo Nacional de Becas (Fonabe), indicó que la población indígena es una de las más beneficiadas con los dineros que administra esta entidad (7.700 becados) y que los trámites se vuelven lentos por la cantidad de personal con que cuentan para recibir la documentación.
“Tenemos solo ocho personas para atender las miles de solicitudes que nos llegan. Estamos programando visitas a las comunidades que el gobierno calificó como de atención prioritaria. Tenemos 3.800 becas disponibles. Si hay alguna comunidad indígena en ellas, será atendida”, expresó.
Otro punto que señaló Araya es que a los indígenas, aunque lo ideal es que saquen cita, se les puede atender sin esta si llegan a la institución “porque comprenden que son de zonas alejadas”.
Vanessa Ramírez, directora de Gestión de Becas de Fonabe, indicó que este año comenzarán a implementar las recomendaciones que forman parte del informe que se elaboró el año anterior, entre las que se encuentran la regionalización del Fonabe para que la gente de zonas rurales no se traslade hasta la capital.
Sin embargo esto “no será posible para el presente año”, debido a los cambios que deben hacerse y a la cantidad de solicitudes y procesos que se tienen que completar.
Rivera comentó que el circuito en que labora está compuesto por 37 centros educativos (33 escuelas y 4 colegios), en los cuales estudian muchos jóvenes y niños que “dependen únicamente de lo que se les dé en la institución”.
“El que los alumnos no cuenten con una beca hace que tomen la decisión de retirarse e irse, en muchos casos a coger café a la zona de Dota o a otras zonas cafetaleras”, dijo el supervisor del Circuito 07.
Douglas Díaz, director de la Escuela de Ñaríñak, dijo que en agosto solo podrá llevar al Fonabe 10 casos y no los 50 que están pendientes porque les solicitan cierta cantidad.
Araya agregó que se hace un esfuerzo interinstitucional para que la entidad opere de forma más expedita y se atiendan los casos prioritarios.
