Editorial
Estamos en la recta final del 2014, la mayoría de los trabajadores ya disfrutan las vacaciones y el aguinaldo. Vienen las fiestas, los paseos, las reuniones familiares y las esperadas compras.
Pero cuidado, son estas últimas las que se convierten en una verdadera pesadilla cuando se hacen sin planificación ni comparación. Su plata podría esfumarse. Por eso denuncie a los garroteros.
Se sabe que muchos comerciantes inflan el precio de los artículos, especialmente de los juguetes, a sabiendas que los padres comprarán aquello que sus pequeños pidieron en la carta al Niño, sin importar cuánto cuesta.
Pero no se trata de botar el dinero, menos dejarlo en manos de gente inescrupulosa que se aprovecha de las fiestas, del poco tiempo de los clientes y de la algarabía propia de la Navidad para darles un “garrotazo”.
Es importante que usted sepa que cada centavo debe rendirse, que es necesario echarse una caminadita antes de tomar la decisión definida, pues se ha detectado que hay sobreprecios de hasta un 200% en algunas tiendas.
En palabras sencillas, si una muñeca durante todo el año costaba ¢1.000, podría ser que para estas fechas el valor se haya triplicado.
Hay también quienes inducen a los compradores al error, colocando en sus ventanales carteles con promociones fantasma, que al momento del pago se esfuman. Un ejemplo claro es la mercadería a mitad de precio, marcan en las etiquetas el antes y el ahora, pero en realidad nunca rebajaron ni un colón.
Por eso no se tome las compras a la ligera, si aún no ha podido hacer los mandados y siente que el tiempo se le vienen encima, es mejor que espere y no deje que su platita se le vaya de las manos en un abrir y cerrar de ojos.
Usted es el cliente, el mismo Ministerio de Economía y Comercio (MEIC) le invita a denunciar los abusos en los negocios, pues debe existir un comercio justo y trasparente.
Pero claro está, el primero en tomar medidas de resguardo y seguridad financiera es usted, además de ordenarse para visitar los establecimientos comerciales y llevarse lo que necesita al precio adecuado, no olvide el tema de las facturas y las garantías.
Bien lo han explicado los expertos en la materia, las facturas son la garantía de las compras y permiten hacer los reclamos respectivos ante destrucción, fallas o desgaste de fábrica. Ningún comerciante puede decir que no hace cambios, la ley es clara y establece plazos para tales fines que son de acatamiento obligatorio.
Por eso no tire al basurero esos papeles, guárdelos un tiempo prudencial, hasta estar seguro que se cumplió el periodo establecido de garantías.
Si se siente molesto con el actuar de algún negocio o de sus administradores, existe una dependencia llamada Dirección de Apoyo al Consumidor, con solo llamar al 2549-1400, recibirá la asesoría correspondiente para solucionar su problema.
En buena hora el MEIC también hace un análisis de precios y delata a los “impostores” comerciales, los desenmascara ante los consumidores para que eviten visitar esas tiendas y llevarse un trago amargo. Así también hace lo suyo cuando sanciona a los comerciantes usureros que se aprovechan de la época festiva y sobrepasan los límites del mercado.
Bien por esas acciones, es importante que se logre un equilibrio entre el comprador y el vendedor, que ambas partes salgan gananciosas en tiempos de tanto dinamismo en la economía.
Pero es importante no dejarse engatusar; los villancicos, las luces de colores y la alegría de la época se viven mejor cuando se es responsable y se resguarda el dinero, más cuando de todos es conocido que la economía ha estado complicada y para este 2015 se prevén momentos un poco duros.
No se exceda, guarde un poquito para la llegada del 2015, recuerde la cuesta de enero nos pesa a todos; pero con unos ahorritos, puede ser más liviana de subir.
