Fuerte... muy fuerte. Mañana gris y fría en el Cementerio Obrero. Ya los amigos, vecinos y compañeros habían pasado frente al féretro de Rosberly Córdoba Murillo, administradora de Farmacia La Bomba, a quien asesinaron en un asalto, para darle su último adiós. Venían de la Iglesia de Hatillo 8.
La familia quedó para el final y la madre, María Eugenia Murillo, tuvo las últimas palabras. A como podía hablar, entre lágrimas, habló con “Ros”, como le decían de cariño. “Espérame allá preciosa, yo cuidaré a tu hijo. Tranquila, si algo te agobia. Váyase tranquila. Te amo mi amor, que Dios me la acompañe. Ya estás en el cielo, te amo como hija y como madre”.
SANTIAGUITO LA VIO POR ÚLTIMA VEZ
El último que pudo ver a Rosberly antes de ser sepultada en el nicho 677 fue su hijo Santiago de 3 años de edad. Lo alzaron mientras doña María Eugenia le decía “vea, quien es ella. Es mamita que va para el cielo a jugar con Dios. Tírele un besito”. El niño no respondía, no la reconocía, hasta que dijo “Ros”, pues así le decía él a su mami cuando jugaban a hacerse los serios.
Eran las 11:45 de la mañana y ese momento nos quebrantó a todos los presentes. Era imposible no llorar, cada presente recordamos a nuestros seres queridos que están en el cielo y a aquellos niños que nos llenan de alegría.
Nudo en la garganta, impotencia... tanto dolor.
“Por qué me hicieron esto, por qué me la quitaron” clamaba doña María.
“Mami... mami...”, era lo único que decía ese bebito precioso, de ojos verdes, al salir del camposanto.
PERIODISTA: Alejandro Fonseca
CRÉDITOS: Fotos: Mauricio Aguilar
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Sábado 20 Diciembre, 2014
HORA: 12:00 AM