Más de ¢22 millones pagados con dineros de la Cruz Roja Costarricense a la empresa Masylka S.A, para la construcción de la sede de esta benemérita institución en Parrita, la cual nunca fue construida, quedarán sin cobrarse, mientras que los socorristas continúan trabajando en un contenedor.
DIARIO EXTRA en su edición de ayer informó que esa institución pagó el monto mencionado a dicha empresa como adelanto a la construcción de su edificio, en tres días se firmó el contrato, se les canceló, el cheque fue cambiado, pero los trabajos ni siquiera iniciaron. Los personeros de la empresa, Sergio Campos Solano y su esposa Karen Carpio Bonilla, recogieron el dinero pero ni siquiera habían ido a ver el terreno, por lo que un mes después enviaron una carta diciendo que el lugar no es apto para construir. Luego desaparecieron, no regresaron el dinero, ni construyeron nada. La única que dio la cara fue Khatalina Campos Cabrera, la cual actuó en calidad de gerente de la empresa Masylka, explicó que ella advirtió a la Cruz Roja que eso podría suceder, por cuanto dejó su relación laboral dos meses después de firmado el contrato, pero quienes se dejaron el dinero fue su padre Campos Solano y su madrastra. “Yo no me dejé ni un cinco, mas bien tuve que demandarlos por que no me pagaron el salario. Ahora son cristianos, viven en La Suiza de Turrialba y se dan palmadas en el pecho”, comentó Campos.
Ante esto tratamos de localizar a Miguel Carmona, presidente de la Benemérita, quien se había comprometido a dar detalles sobre el caso, sin embargo no contestó las llamadas. Igual sucedió con Mario Artavia, quien es vicepresidente de la institución.
Se desconoce si a lo interno se sancionó a los responsables o si se pasó el caso al Ministerio Público para determinar si hubo estafa. Además, si eran recursos públicos se habría incurrido en alguna irregularidad en el proceso y por qué no se hizo una licitación.
