Un privado de libertad identificado como Carlos Aguilar Rodríguez, permanece recluido en la sección de mediana abierta del Centro Penitenciario La Reforma, donde existe un evidente problema de hacinamiento que le provocó que un hongo le entrara y provocara que los médicos le amputaran un testículo.
Tenía una hernia que se le reventó por lo cual lo llevaron al Hospital San Rafael de Alajuela donde lo operaron. Al parecer el médico ordenó que se lo llevaran de una vez a La Reforma, pero cuando llega le ordenan permanecer en su ámbito durmiendo en el piso, pese a la herida de unos 25 centímetros.
A raíz de eso se le infecciona debido a que duerme muy cerca del hueco que sirve de servicio sanitario. Por eso se le habría metido una bacteria que hizo empeorar su estado de salud. Su abogado presenta un recurso de amparo por el derecho a la salud, lo que provoca que se lo lleven nuevamente al centro médico.
Lo vuelven a operar, le sacan todo lo malo y lo dejan internado 22 días. Cuando sale, nuevamente vuelve a dormir en el suelo, pese a que las autoridades de Adaptación Social conocen que el reo tiene una situación compleja. La Sala Constitucional le ordena al centro que debe sacarlo en 72 horas y ubicarlo en un dormitorio completo.
La Sala le dio un año a las autoridades penitenciarias para que solucionaran el problema del hacinamiento, sin embargo pasó ese tiempo y no se ha hecho nada por lo que este miércoles nuevamente su abogado presentó un recurso de amparo dirigido a La Reforma y al Ministerio de Justicia.
Aguilar, quien está descontando una condena por el delito de estafa. Aseguró a DIARIO EXTRA que teme por su vida. “Es algo muy duro, se me hizo un hematoma no solo en el tórax sino en el escroto y perdí un testículo debido a tanta infección. Hubo negligencia médica al hacerme una operación ambulatoria y mandarme de una vez para la cárcel. Se me volvió a infeccionar la herida, donde no hay testículo tengo una pelota y los oficiales no han querido sacarme a la clínica menos al hospital, los dolores no me dejan dormir, son cosa de todos los días y ellos se hacen los desentendidos. “Me da miedo que contraiga algo peor, temo morir, ya perdí un órgano, es algo que abarca mi cuerpo y nunca lo había vivido. Estoy supurando pus, sigo durmiendo en el suelo y las autoridades no se mueven, necesito un lugar adecuado”, finalizó.
El recluso agregó que se imagina que tras la publicación los policías tomarán represalias, le hagan un atentado o le den una golpiza, sin embargo asegura que no le importa. Siente temor, pero quiere que se haga justicia, argumentó.