Editorial
Esta semana el presidente electo, Luis Guillermo Solís, dio al país una probadita de quienes estarán al mando de las distintas instituciones públicas y ministerios.
Decimos probadita porque el anuncio llega justo antes de su salida del país para invitar a otros mandatarios centroamericanos a acompañarlo en la toma de posesión y porque además aún no ha amarrado el cuadro completo de su gabinete.
Este anuncio, puesto en sus propias palabras, imprime frescura por tratarse en su mayoría de rostros nuevos y desconocidos en la vida política nacional, lo cual necesariamente llama a fijar la mirada en el norte que le deparará al país en los meses venideros, en medio de un sistema complejo y con urgencia de cambios.
Se trata de personas respetables, quienes asumen junto a Solís el compromiso de imprimirle a Costa Rica los ajustes necesarios para asegurar una mejora en la calidad de vida de los costarricenses, tarea para nada sencilla y que requiere medidas de corto, mediano y largo plazos, sin medias tintas, para alcanzar un efecto real.
Llamó la atención en su anuncio que el señor presidente electo les pidió a sus jerarcas que “compren tenis” y salgan a las calles, pues exige a los ministros conocer la realidad que enfrenta el país, la cual no se mira de la misma forma desde un escritorio.
Ello también va más allá de la simple “academia” y exige involucrarse al 100% con los problemas nacionales para concretar soluciones efectivas.
No es lo mismo hablar de cientos de personas que con costos logran juntar ¢1.000 diarios para subsistir que ver el sufrimiento que las embarga en sus ranchos y los peligros a los cuales se enfrentan cada día.
La burocracia casi siempre impide mirar la realidad, y justamente parte de los yerros del sistema hasta para la realización de trámites comunes no empata con la vocación de servicio que reclama la ciudadanía.
Otro ejemplo son las citas en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y las listas de espera de asegurados que cruzan los dedos esperando que la enfermedad no le gane la partida a la ineficiencia en la atención del seguro para el cual llevan años cotizando.
El reto que enfrentan los primeros 21 jerarcas recién nombrados es muy alto y el dinamismo que necesitan para poner a caminar este andamiaje público es titánico, mas no imposible. El requisito indispensable es ejercer la autoridad correspondiente en su ámbito con sabiduría, responsabilidad y honestidad.
El gabinete aún no está completo, falta el nombramiento en diversas carteras, donde desde ya el mandatario electo ha señalado que vendrán jóvenes y mujeres a ocupar algunas de esas sillas.
La población se mantiene entonces a la expectativa sobre ello, recordando que, más que cumplir con cuotas, lo importante es cumplir con perfiles aptos para renovar un gobierno donde se tomen decisiones correctas para llevar al país a buen puerto.
