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Opinión

El verdadero peligro de la democracia

La llegada del periodo de tregua electoral por las celebraciones de Navidad y Fin de Año representa un respiro dentro de una campaña hasta el momento insípida y fría.


Los partidos políticos deberían aprovechar este receso para reflexionar sobre la oferta y estrategia de comunicación que han venido presentando al electorado, la cual en lugar convencerle para que asista a las urnas, lo ahuyentan, con repercusiones devastadoras para la política en general y por ende para nuestra democracia.


Hoy la estrategia de los tres principales candidatos a la Presidencia de la República, según las encuestas, se centra más en la descalificación del contrario que en plantear propuestas concretas a un electorado que, con sobrada razón, se encuentra confundido e indeciso. ¡Hastiado hasta el cuello de la política!


El malestar ciudadano alimenta un peligroso estado de desconcierto y el cabreo generalizado todavía no encuentra un líder quien lo encauce. El poder se encuentra disperso y eso es tan peligroso para la democracia como la concentración del mismo, sobre todo sí quienes lo alcanzan lo entienden como un fin y no como un medio.


La intolerancia sigue creciendo y es alentada de manera imprudente por los candidatos de turno y seguidores convertidos en fanáticos, quienes con miedo manipulan y seducen masas, intentando recrear tiempos de guerra fría que algunos creíamos superados. El macartismo y el resto de prejuicios ideológicos, lamentablemente para algunos, todavía siguen vigentes.


El simplismo aunado a las campañas del miedo empleadas por diferentes agrupaciones y la utilización de etiquetas para estigmatizar contrarios desde los diferentes puntos del espectro ideológico, reducen nuestro panorama electoral hasta el absurdo, donde si uno apoya a Villalta es un“chavista de extrema izquierda”, si uno va con Araya un “continuista neoliberal” y si uno va con Guevara un “capitalista de extrema derecha”.


Es cierto que las diferentes alternativas según quienes y cómo se miren, pudieran representar en algún sentido un grave peligro para nuestra democracia y ocasionar pánico en algunos sectores de la sociedad, pero difícilmente sea mayor al que ya hemos y estamos causando con esta cruzada de ataques, la cual algunos creen que afecta a un partido en particular, cuando realmente los afecta a todos.
La anti-política se adueñó de la campaña y pudiera también hacerlo de nuestra democracia sí los políticos, la prensa y la ciudadanía, seguimos alimentándola irresponsablemente.

 


*Politólogo. [email protected]

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Martes 24 Diciembre, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Daniel Calvo

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